Riffusion, una aplicación creada como herramienta gratuita de código abierto que utiliza Stable Diffusion para crear música a partir de pistas visuales, acaba de recibir 4 millones de dólares de inversión después de que sus creadores la convirtieran en una empresa comercial.
Sus creadores, Seth Forsgren y Heik Martiros, crearon Riffusion como un proyecto de hobby. Desde su creación, ha atraído el interés de organizaciones tecnológicas como Meta, Google y ByteDance. Parte de su atractivo radicaba en su sencillez.
«Los usuarios sólo tienen que describir la letra de la canción y el estilo musical, y nuestro modelo genera riffs en segundos, acompañados de canciones y personalizaciones», explica Forsgren a TechCrunch.
La reciente ronda de financiación fue liderada por Greycroft Partner, con la participación de South Park Commons y Sky9. Además, el dúo musical The Chainsmokers se unió al proyecto como asesores.
La música es un medio universal de expresión artística, y herramientas de inteligencia artificial generativa como Riffusion, Suno o Audio Craft de Meta abren nuevas posibilidades para que aficionados y profesionales compongan música, compartan sus creaciones e interactúen entre sí. Por ejemplo, ya existen varios servidores Discord y canales de YouTube donde los usuarios comparten su música utilizando IA.
Mientras tanto, los compositores profesionales están explorando formas de incorporar la IA a su proceso creativo.
Sin embargo, combinar la inteligencia artificial con el arte sigue siendo un tema delicado. Algunos artistas, como Grimes, han acogido la tecnología con los brazos abiertos, utilizando sus capacidades para mejorar su proceso creativo. Por otro lado, artistas como Drake han expresado su preocupación por la incorporación de la IA a la música.
En 2023, la fusión de la IA y la música ha desatado varias polémicas. La Ley de Prohibición de Falsificaciones de Estados Unidos pretende reprimir la reproducción no autorizada de voces e imágenes de actores y cantantes asistida por IA, con el fin de proteger los derechos de los artistas. La preocupación de Universal Music Group por el aprendizaje generativo de IA no autorizado que utiliza la música de sus intérpretes también pone de manifiesto posibles violaciones de la legislación sobre derechos de autor.
Esta preocupación se generalizó después de que el artista seudónimo Ghostwriter publicara una canción generada por IA, «Heart On My Sleeve», que imita el estilo y las voces de The Weenknd y Drake. La canción fue incluso considerada para una nominación a los Grammy, pero la idea fue rechazada porque las obras generadas por IA no pueden tener derechos de autor según la legislación actual.
Riffusion no debería meterse en semejantes espinas.
«El producto no se diseñó para crear falsificaciones profundas, y no reconoce los nombres de artistas famosos en sus claves», señala Forsgren.
Aunque no se han revelado detalles de la estrategia de monetización de Riffusion, las colaboraciones con artistas conocidos sugieren posibles direcciones para la plataforma.
Fuera del ámbito de la música, la IA generativa también es objeto de estudio en las artes visuales y la literatura. Muchos artistas sostienen que entrenar modelos de IA con sus obras sin su consentimiento es poco ético y potencialmente ilegal.
