El ingrediente psicodélico de las «setas mágicas» sigue revelando poderes terapéuticos, según un nuevo estudio.
En un importante ensayo controlado aleatorizado, investigadores de 11 centros de EE.UU. compararon una dosis única de psilocibina con un placebo, concluyendo que la sustancia química podría tener efectos positivos en personas que sufren depresión.
El estudio, publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), indica que la psilocibina (el ingrediente que te hace viajar cuando consumes setas con tus amigos) podría ofrecer una solución más rápida y duradera que los antidepresivos existentes para tratar el trastorno depresivo mayor (TDM), con efectos perceptibles en una semana.
«El tratamiento con psilocibina se asoció con una reducción sostenida clínicamente significativa de los síntomas depresivos y la discapacidad funcional, sin eventos adversos graves», concluye el estudio. «Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la psilocibina -cuando se administra con apoyo psicológico- puede ser prometedora como una intervención novedosa para el MDD.»
Las setas mágicas, antaño un elemento básico de la contracultura de los años 60, están volviendo a ser objeto de atención por sus posibles beneficios terapéuticos. El estudio descubrió que el tratamiento con psilocibina se asociaba a una reducción sostenida y clínicamente significativa de los síntomas depresivos. El psicodélico también se mostró prometedor en distintas áreas, como la reducción de la gravedad general de la enfermedad y la mejora de la calidad de vida.
El nuevo ensayo reclutó a 104 adultos diagnosticados de MDD de moderado a grave. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir una dosis baja de psilocibina sintética o un placebo activo, junto con apoyo psicológico antes, durante y después de ingerir la cápsula.
Fuente: JAMA
A diferencia de estudios anteriores, en este ensayo se emplearon evaluadores ciegos a distancia para valorar los síntomas depresivos de los pacientes mediante la escala de depresión de Montgomery-Asberg (una lista de comprobación estandarizada para determinar la gravedad de un estado de depresión). Este enfoque minimiza las posibilidades de que las expectativas puedan influir en los resultados.
¿Qué descubrieron? En comparación con el placebo, la psilocibina provocó una reducción significativa de las puntuaciones de depresión tras sólo ocho días. A las seis semanas, casi la mitad de los pacientes con psilocibina mostraban una respuesta antidepresiva sostenida, frente a sólo el 11% con placebo.
Mientras que los antidepresivos estándar pueden tardar de cuatro a seis semanas en ser eficaces, este estudio se suma al creciente conjunto de pruebas que sugieren que la terapia psicodélica puede ofrecer un alivio rápido de los síntomas depresivos.
Aunque el estudio es el mayor ensayo multicéntrico aleatorizado y ciego realizado hasta la fecha que afirma la eficacia de la psilocibina para la depresión, es importante señalar que la psilocibina se administró en un entorno controlado y monitorizado, y no se tomó de forma recreativa. Los expertos aconsejan que la psicoterapia asistida es crucial para maximizar el potencial terapéutico de la psilocibina, como subraya un trabajo de investigación escrito por médicos de la Universidad de la Columbia Británica.
No hay solución mágica
Los mecanismos exactos por los que la psilocibina actúa rápidamente contra la depresión siguen siendo objeto de investigación. Algunas teorías sugieren que altera temporalmente la conectividad de los circuitos cerebrales, que suelen estar desorganizados en los trastornos del estado de ánimo. Esta alteración puede permitir al cerebro liberarse de patrones de pensamiento negativos tras una sola dosis.
«Algo emocionante del tratamiento psicodélico de la adicción es que los mecanismos que esperamos que funcionen no son realmente específicos de ninguna adicción en particular», declaró a la revista TIME el Dr. Michael Bogenschutz, profesor de psiquiatría de la Universidad de Nueva York que estudia la psilocibina. «Aumenta la capacidad del cerebro para cambiar y, por tanto, para que cambien el pensamiento y el comportamiento».
Aunque el estudio demuestra lo prometedor de la psilocibina, los autores afirman que se necesita más investigación. Aunque generalmente son seguros, los psicodélicos tienen efectos secundarios, aunque el estudio no menciona específicamente dolores de cabeza, náuseas, ataques de pánico y paranoia.
El estudio incluyó a participantes predominantemente blancos y sus autores reclaman ensayos más rigurosos y a más largo plazo con poblaciones diversas. «Estudios recientes de mayor envergadura han abordado estas cuestiones en diversos grados, pero informan de puntos finales primarios de corta duración,14,15 dejando abierta la cuestión de la utilidad clínica a largo plazo de la psilocibina para una afección a menudo crónica como el MDD», señalaron los investigadores.
Queda un largo camino por recorrer para que los científicos puedan replicar y ampliar los hallazgos iniciales. Sin embargo, el estudio actual marca un hito importante: proporciona la indicación más clara hasta la fecha de que la medicina psicodélica podría tener un impacto significativo en el futuro del tratamiento psiquiátrico.
