¿Otra vez en entredicho la descentralización de OpenSea? Para cumplir con las sanciones estadounidenses, parece que el principal mercado de tokens no fungibles (NFT) ha decidido restringir y eliminar las cuentas de los usuarios residentes en Cuba
OpenSea suspende a los usuarios cubanos
Usuarios de
OpenSea de Cuba denunciaron esta semana que sus cuentas habían sido suspendidas o incluso eliminadas por la primera plataforma de tokens no fungibles (NFT) del mundo. Este es el caso de muchos artistas, que han hecho saber su descontento en Twitter:
mucho tiempo desde que publicamos, desafortunado que este post tenga que ser esto.@opensea ha desactivado nuestro perfil.
No sólo los cubanos de la isla, sino también los de otras nacionalidades tienen que soportar la censura en la empresa web3.
Comprar arte a cubanos no está prohibido en el embargo de EEUU pic.twitter.com/7cccbmjNWR
– NFTcuba.ART (@nftcubaart) Diciembre 12, 2022
En los últimos meses se han extendido los rumores de que OpenSea apuntaba específicamente a cuentas de usuarios cubanos. En el momento de escribir estas líneas, más de 30 artistas han denunciado haber sufrido la misma censura por parte de la plataforma
Así lo ha confirmado recientemente una investigación en profundidad del medio de comunicación Artnet, a quien un portavoz de la plataforma NFT explicó que estas restricciones se adoptan para cumplir con las sanciones estadounidenses:
Lo sentimos mucho por los artistas y creadores afectados, pero OpenSea está sujeta a políticas estrictas relacionadas con las leyes de sanciones. Somos una empresa con sede en EE.UU. […], lo que significa que estamos obligados a bloquear a personas en lugares afectados por sanciones estadounidenses. «
Esta fue la justificación proporcionada por OpenSea durante la anterior oleada de suspensiones de cuentas de usuarios, que afectó a países como Venezuela, Irán y Siria. De hecho, aunque la plataforma pretende ser descentralizada, es una empresa que debe cumplir las leyes de su país.
Para los artistas cubanos, la decisión de OpenSea no es una sorpresa. Se produce tras 60 años de sanciones estadounidenses contra el país, que han continuado incluso en la era digital. Sin embargo, corta el impulso de una industria cubana prometedora y en crecimiento.
