La competición de franquicias de alto nivel Overwatch League de Activision Blizzard se vino abajo a finales del año pasado después de que los contratiempos relacionados con la pandemia y las dificultades económicas de los equipos truncaran sus ambiciones. Ahora, está surgiendo una nueva liga competitiva de Overwatch en torno al popular shooter de héroes Overwatch 2, pero con una postura contraria a las criptomonedas.
La Overwatch Champions Series, un formato competitivo más abierto supervisado por el destacado operador de torneos de esports ESL FACEIT Group, se presentó la semana pasada. El miércoles, la liga reveló su reglamento oficial, que pone algunas restricciones a los patrocinadores de los equipos.
Los equipos que compiten en la nueva liga oficial de esports Overwatch no pueden tener patrocinadores que estén asociados con «criptomonedas e intercambios de criptomonedas», así como NFT y «inteligencia artificial/aprendizaje automático». Las restricciones fueron descubiertas por primera vez por el editor de The Esports Advocate, James Fudge.
TCN’s GG se puso en contacto con representantes de Blizzard Entertainment y ESL FACEIT para hacer comentarios, pero ninguno respondió al momento de escribir este artículo.
Las industrias de los deportes electrónicos y la criptomoneda se han entrelazado sustancialmente en los últimos años a medida que las empresas de criptomonedas prodigaban a equipos y ligas con valiosos patrocinios.
El más importante fue el de FTX, que firmó un acuerdo de 10 años y 210 millones de dólares con Team SoloMid (TSM). FTX también firmó un acuerdo de patrocinio de siete años con Riot Games para su liga League of Legends Championship Series (LCS) en Estados Unidos, y más tarde se reveló que el acuerdo estaba valorado en casi 100 millones de dólares.
Pero tras el colapso de FTX a finales de 2022, este tipo de acuerdos han sido menos habituales. Esto puede deberse en parte a que se ha invertido menos criptomoneda en un mercado a la baja que persistió durante 2023, pero también puede indicar indecisión por parte de las empresas de deportes electrónicos a pesar de las dificultades económicas en la industria del juego.
