La conocida organización ecologista Greenpeace ha vuelto a atacar a Bitcoin (BTC). La campaña, llamada «cambia el código, no el clima» se ha relanzado y sigue teniendo como objetivo animar a los desarrolladores de Bitcoin a cambiar a Proof Of Stake.
Greenpeace crea una nueva mascota para los Bitcoiners
Ya no es una sorpresa: Greenpeace no apoya el Proof Of Work. La organización ecologista lo ha vuelto a demostrar este jueves 23 de marzo, a través de una nueva obra de arte en la que destaca el impacto del protocolo Bitcoin (BTC) en el clima.
Para ello, Greenpeace se ha asociado con el activista artístico Benjamin Von Wong. Ha construido una calavera de 3,3 metros de altura, llamada «Calavera de Satoshi», con el logotipo de BTC y ojos láser rojos, un meme muy popular en la comunidad
Algunos activistas del clima creen que Bitcoin es sólo dinero falso de Internet que pueden ignorar con seguridad.
¿La verdad? Bitcoin está causando cantidades peligrosas de contaminación en el mundo real por su voraz consumo de combustibles fósiles, todo debido a su código obsoleto.
¿La solución? CambiaElCódigo pic.twitter.com/7wa7BMCzV5
– Greenpeace USA (@greenpeaceusa) 23 de marzo de 2023
Se dice que la calavera está hecha de residuos electrónicos reciclados. También está rematada con chimeneas humeantes de centrales nucleares, que sin duda simbolizan la contaminación asociada al consumo energético de Bitcoin y las máquinas mineras.
La obra es claramente un ataque al Proof Of Work y a los seguidores de Bitcoin. Sin embargo, el resultado fue un tanto inesperado, ya que muchos miembros de la comunidad expresaron su admiración por la obra de arte, y algunos ya la han adoptado como nueva mascota, como Will Foxley, director de estrategia de Compass Mining, o Nic Carter, cofundador de Coin Metrics.
El eterno debate sobre el consumo de energía
La campaña de Greenpeace se lanzó hace más de un año, junto con otras organizaciones climáticas. También reúne a personalidades del ecosistema Web3, como el cofundador de Ripple, Chris Larsen.
Se llama «cambia el código, no el clima» y pretende presionar a los desarrolladores de Bitcoin, a los mineros y al gobierno para que Bitcoin pase de la prueba de trabajo a la prueba de participación. A pesar de haber invertido más de un millón de dólares en la campaña, Greenpeace todavía tiene un largo camino por recorrer y esta nueva iniciativa es una prueba de ello.
El tema del consumo energético de Bitcoin es un viejo debate que ya lleva varios años. Es un argumento muy utilizado por los detractores de la criptomoneda, pero muchas veces descartado por los expertos: lejos de ser una bomba de relojería para el planeta, Bitcoin puede ser en realidad una solución a los problemas medioambientales.
Contrariamente a la creencia popular, Bitcoin permite el desarrollo de energías renovables y respetuosas con el medio ambiente. Por ejemplo, los mineros se instalan cada vez más cerca de centrales hidroeléctricas para explotar (a menor coste) el excedente de consumo de electricidad verde. Estas iniciativas podrían ser objeto de un artículo entero, ya que son muchas.
