Aunque las Redes Privadas Virtuales son el pilar de la privacidad, la seguridad y el anonimato cuando se navega por la web, todavía no son perfectas. ¿Cómo pueden ayudar las DPN? ¿Y por qué son mejores?
Cuando se introdujo Internet en los años 90, fue una nueva forma de acceder a la información y conectarse a nivel mundial. Por desgracia, Internet se convirtió más tarde en un centro en el que gobiernos y empresas rastrean tus actividades, recopilan datos e invaden tu privacidad. Durante este periodo, las Redes Privadas Virtuales (VPN) se convirtieron en un servicio que ayudaba a enmascarar la identidad online del usuario y le permitía navegar por internet con «privacidad».
Una VPN oculta tu dirección IP enrutando tu conexión a través de un servidor físico, dándote una nueva dirección IP. Esta nueva dirección IP puede ayudarle a acceder a contenidos con restricciones geográficas, sortear cortafuegos y proteger su identidad. Además, estos servicios de VPN utilizan servidores centralizados en todo el mundo, lo que permite a los usuarios conectarse para utilizar su servicio.
Los servicios de VPN almacenan sus datos y su historial de navegación y supervisan su actividad en línea. Por desgracia, estos datos suelen venderse a terceros y pueden ser fácilmente citados por los funcionarios del gobierno. Además, los servidores centralizados son propensos a ser atacados, ya que son un tesoro para los hackers que buscan datos personales.
Una solución basada en blockchain, llamada VPN descentralizada (DPN), se ha convertido en una solución a estos problemas. Las redes privadas descentralizadas (DPN) son redes Peer-to-Peer (P2P) que eliminan a los terceros que son los puntos débiles centrales de cualquier red. En una red descentralizada, cada nodo actúa como cliente y servidor. Esto permite al usuario tener un control total sobre sus datos e información personal.