Robinhood y OpenAI se enfrentan por los nuevos «tokens de acciones» indexados a las valoraciones de OpenAI y SpaceX. OpenAI denuncia que se trata de derivados sin derechos reales. Ante las críticas, Vlad Tenev asume su naturaleza derivada y promete una «revolución de la tokenización» accesible al gran público.
¿Qué son los «tokens de acciones» de Robinhood?
A finales de junio, Robinhood introdujo para sus clientes europeos unos tokens que ofrecen exposición a más de 200 acciones y ETF estadounidenses, entre los que se incluyen empresas privadas que no cotizan en bolsa, como OpenAI y SpaceX, en la cadena de bloques Arbitrum. Estos instrumentos están estructurados a través de un «special purpose vehicle» (SPV), que puede traducirse como «vehículo dedicado» en español, propiedad de Robinhood, que permite reproducir el rendimiento de estas empresas sin adquirir sus acciones. Esto es algo que puede hacer rechinar los dientes a algunas de las empresas afectadas. Así, el 2 de julio de 2025, la cuenta oficial de OpenAI se pronunció al respecto a través de su cuenta X:
Estos «tokens de OpenAI» no son acciones de OpenAI. (…) No hemos autorizado su emisión, tengan cuidado.
Robinhood no se ha desanimado. Unas horas más tarde, el director general y cofundador del grupo, Vlad Tenev, respondió a OpenAI, también en X:
Si bien es cierto que técnicamente no se trata de «acciones», estos tokens ofrecen a los inversores particulares una exposición a estos activos privados.
El director ejecutivo defendió firmemente su causa, asegurando a continuación que sus «tokens de acciones» son una revolución, «que allanan el camino para un proyecto mucho más ambicioso» y que «desde el anuncio, muchas empresas privadas ya se han puesto en contacto con nosotros, deseosas de unirse a la revolución de la tokenización». Una respuesta destinada a tranquilizar a los usuarios alertados por OpenAI sobre una posible confusión entre derivados y acciones reales.
Una controvertida puerta de entrada a los mercados privados
Los tokens de acciones de Robinhood se presentaron a finales de junio en un evento sobre criptomonedas en Cannes, y la empresa ya ha emitido 213 por menos de 5 dólares en concepto de gastos. Según ella, esto demuestra el éxito del lanzamiento. Al igual que con los ETF u otros instrumentos derivados, los titulares no tienen derechos de voto ni acceso directo al capital: los tokens simplemente replican la evolución de los precios.
Sin embargo, Robinhood promete ampliar la oferta a más de 200 títulos estadounidenses y participaciones privadas, mientras que Kraken, Bybit o Gate ya están llevando a cabo proyectos similares para inversores fuera de Estados Unidos.
Para Vlad Tenev, lo que bloquearía una posible democratización de estos tokens sería menos la tecnología que la regulación: «¿Por qué un particular puede comprar una memecoin arriesgada, pero no una fracción de OpenAI?», se preguntaba en el podcast Odd Lots. Los reguladores europeos, bajo la MiCA, y los estadounidenses, aún tendrán que decidir la calificación jurídica de estos contratos derivados.